En este capítulo hablamos sobre el dolor que trae consigo el caos y cómo integrarlo a nuestras vidas. Todos alguna vez nos hemos levantado de la cama y hemos dicho “ya no quiero estar en esta vida, ¿qué es esto?” pero anulamos lo que sentimos y no hablamos al respecto. Suena raro tener que abrazar un sentimiento que nos incomoda y nos descoloca tanto, sin embargo, es la única manera de atravesar el caos haciéndonos responsables de nosotros mismos, de nuestros miedos, de nuestros sentimientos y de nuestros anhelos, sin cerrar el corazón.

Jaime Kohen, cantautor y emprendedor mexicano, nos platicó sobre cómo fue abrir su orientación sexual a los 17 años ante su familia Judía - Libanesa, (un entorno donde la posibilidad de ser homosexual no existía). El caos que vino después, derivado del rechazo, y la crisis interna que esto detonó: una depresión que lo condujo a no poder llevar a cabo las acciones del día a día, sufrir varios ataques de pánico y considerar seriamente quitarse la vida.

Para Jaime las tres herramientas fundamentales que lo hicieron caminar y salir de esa depresión tan complicada, fueron la ayuda terapéutica profesional, la actividad física y la meditación. La ayuda terapéutica profesional incluyó medicación para neutralizar la confusión y el caos por un tiempo, lo cual fue la clave para poder generar el espacio que le permitió ahondar en su crecimiento emocional y hacerse preguntas necesarias como:

Si me voy a quedar en la Tierra, ¿cuál es el sentido?

¿Qué estoy haciendo aquí?

¿Qué quiero?

¿Voy a vivir para mi o voy a vivir para el otro?

La actividad física le permitió mover su energía y la meditación, la cual conoció cuando empezó a practicar yoga, le ayudó a entrenar su mente para que le funcionara y le sirviera a él, logrando obtener orden dentro del caos.

Aquí es importante destacar que si a Jaime le funcionó hacer yoga, no significa que para ti sea la solución o le tengas que agarrar el gusto. Se trata de que pruebes distintas opciones, con mucha conciencia y detectes qué es eso que a ti te resuena. Lo mismo sucede con los distintos tipos de terapia y sanación, así como con las mil maneras en que hoy puedes empezar a meditar. Por ejemplo, yo no soporto eso de sentarme, cerrar los ojos y respirar por horas, me funciona mucho más meditar a través de estar en contacto con la naturaleza o meditar en movimiento.

También hablamos de la depresión en distintos niveles y los ataques de pánico, desde la experiencia y con la intención de normalizarlos. Yo he tenido ataques de pánico, sé lo que se siente, juras que te vas a morir y que no va a terminar nunca, sientes que estás mal, que eres la única persona pasando por una situación así y que estás loca. Por eso buscamos compartir con ustedes las herramientas que a nosotros nos han funcionado desde un lugar de cero vergüenza y cero juicio. Estos temas nos afectan a todos y ya es hora de atenderlos de la mejor manera posible, haciéndonos responsables y con mucho amor.

Finalmente, creemos que el dolor es el motor más importante para ir a buscar tu crecimiento y tu plenitud. Hay una Y (ygriega) que sucede en los momentos más dolorosos y traumáticos de nuestra vida, podemos tomar el camino de hacernos responsable e integrar ese dolor, dejarnos sentirlo y transformarlo en magia (eligiendo de manera consciente hacerlo) o volvernos una víctima de ese dolor y sentir que la vida nos odia, que Dios nos odia, que no servimos para nada y que estamos en el hoyo, lo cual sólo terminaría por hundirnos.

Siempre existe un escalón o un hoyo y somos libres de decidir hacia dónde nos queremos dirigir.

¿A dónde te quieres dirigir tu?