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La siembra es voluntaria pero la cosecha es obligatoria.
por: Aislinn Derbez

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A Santiago Molano yo lo conocí por un audio de whatsapp que me enviaron. Decía lo más acertado, inteligente y profundo que he escuchado sobre la situación que estamos viviendo. En este audio, grabado sin intención de volverse viral, Santiago explica la diferencia entre escuchar y hablar de conceptos espirituales cuando todo está en calma, versus realmente aplicarlos en medio del caos. Él ve a esta pandemia como un “tiempo de cosecha” de todo aquello que hemos sembrado y platicamos sobre cómo esto que estamos viviendo como humanidad, ha sido generado por nosotros, (por cada individuo que conforma el colectivo), y no es más que el resultado de la forma en que nosotros hemos decidido relacionarnos con este planeta. También, platicamos sobre la importancia de “no detener a una presa que a todas luces ya reventó” y mejor ocupar esa energía en construir nuevos caminos y proyectos que tomen el aprendizaje de hoy a cuenta. Santiago no nos habla desde una postura de comodidad, ya que su negocio se encuentra totalmente afectado y no está en una posición cómoda en términos financieros con esta pandemia, pero la percibe como una oportunidad para responsabilizarnos a nivel personal como humanidad de lo que hemos construido.

De acuerdo con Santiago, muchas personas comprenden la causalidad de la pandemia pero perciben la situación como si el planeta o el universo nos estuviera castigando. Cuando en realidad, ni el planeta, ni el universo nos están castigando, simplemente el universo nos está mostrando, a manera de un espejo perfecto, lo que nosotros hemos sembrado y ahora estamos cosechando. La cosecha siempre tiene un propósito, es mostrarte lo que hay en ti. Ahora, si no nos gusta como seres humanos lo que estamos cosechando, la invitación es a sembrar cosas distintas. No a tratar de volver a la supuesta “normalidad” que habíamos construido y dábamos por hecho. Para nuestro invitado esta pandemia implica el comienzo del fin de una crisis, (no el comienzo de una), ya que por fin podemos ver que no era sostenible seguir viviendo como lo hacíamos.

Como seres humanos hemos probado que tenemos una idea totalmente distorsionada de nuestro nivel de evolución, es decir, cada uno cree que el problema son los demás. Sin embargo, de acuerdo con Santiago, cada persona es un espejo de lo que ha sembrado en su vida. Por ello, tendríamos que reflexionar ¿qué nos está mostrando esta situación? ¿A qué está arrojando luz? Puede ser la relación de pareja que hemos construido, la forma en cómo hemos manejado nuestros recursos a lo largo de nuestras vidas, cómo nos hemos relacionado con nuestro cuerpo, cómo nos alimentamos o el impacto de nuestros hábitos. Un ejemplo claro es que nuestras relaciones están basadas en el hecho de no vernos, en la novedad de vernos por la noche y ahora que estamos viviendo lo único que es real, la pregunta es: ¿qué aspectos de nuestra vida vamos a enriquecer? Porque no hay nada afuera. La vida nos está quitando la distracción y necesitamos poner atención a lo que hay, aunque duela.

La paradoja del sufrimiento está en que es una elección. Es la respuesta que se origina en nuestra mente ante la incapacidad de aceptar la realidad y a su vez, aceptar algo que no comprendemos implica resignarse; por lo cual la opción más útil es ocuparnos del aprendizaje que la situación dolorosa nos trae. Mis momentos más grandes de transformación personal han sido a través y justo después de momentos de caos, de dolor y de incertidumbre. Creo que dejar de evadir para realmente soltar y abrir el corazón a esos momentos, (aunque se aprenda a palazos), te abre aún más. Y te deja la enseñanza de que lo más transformador siempre llega después de ese tipo de momentos.

La idea que hemos tenido de seguridad sólo ha existido en nuestra mente. Esa seguridad no es real, la incertidumbre es lo único constante en nuestras vidas. No hay un solo día que podamos estar seguros al salir de casa que por la tarde vamos a volver. La pandemia nos está arrebatando esa ilusión de control y para Santiago existen dos caminos de interpretación de lo anterior: uno es caer en la paranoia de decir “el mundo está colapsando, ¿qué va a ser de mi?” y el otro es llevar tu atención a lo único que es real, es decir, este momento que estamos viviendo como humanidad.

A nivel personal, me parece muy curioso cómo las personas con distintas profesiones están viviendo la pandemia. Las personas que antes de esto vivían en la “estabilidad”, con horarios rígidos en una oficina, hoy están más frustrados con la cuarentena que quienes trabajan usualmente con horarios flexibles en un ámbito creativo. Esto me ha hecho reflexionar y entender que “lo bien visto”, (es decir, tener el trabajo ideal que en su mayoría la sociedad aprueba) no es suficiente para vencer la ansiedad. Por eso, cada quien debe escoger su camino con libertad; deben existir alternativas, no todos podemos caer en el mismo molde y esto debería ser igual de respetable. Los conceptos de “seguridad” personal y laboral cambian y no podemos evitar transitar esos cambios, sólo elegir desde donde vivirlos, sin juicios. Creo que existen paradigmas sociales viejos que necesitaban tumbarse y eso puede ser uno de los resultados positivos de este momento histórico.

De acuerdo con Santiago, hay mensajes dentro de la situación que estamos viviendo y uno de los más importantes es que este es un tema de humanidad, no un tema de nacionalismos. Las banderas son un auténtico invento, el único país que existe se llama planeta Tierra y la única familia que existe somos los seres humanos. Es un cuento creer que la familia se compone de tus dos hijas y tu esposa, todos los niños de este planeta son hijos nuestros y son nuestra responsabilidad. Él sostiene que ya estamos maduros para dejar de creer en Dios y empezar a verlo. Verlo en nosotros y en nuestro prójimo. ¿No sería mejor empezar a ver a Dios en sus enseñanzas en vez de buscarlo en las iglesias? El cielo es lo que estamos llamados a construir aquí.

Santiago tiene una teoría muy interesante que llama el “Plan de amor del Padre”, la cual consiste en que la vida va a ser como necesita ser, porque el universo se ocupa de darle al ser humano lo que necesita para poder evolucionar a nivel de conciencia. Y el planeta nos muestra lo que tenemos que aprender a través de lo que se nos dificulta. De tal manera, que en vez de vivir luchando contra lo que se nos dificulta, deberíamos prestar atención y preguntarnos “¿qué necesito aprender aquí?”. Y evidentemente (como en la escuela) una vez que la lección se aprende, ésta no se repite. Esta teoría se basa en la premisa de que “el Padre” te ama tanto que te enseña a regresar a él.

Finalmente, Santiago nos compartió 3 herramientas fáciles para voltear a vernos a nosotros mismos y evolucionar de manera consciente:

Ser capaces de adaptarnos a las situaciones en vez de resistirlas. Lo cual te lleva a poner tu atención en lo que tienes, en vez de lo que quieres.
Redefinir el amor.
Para Santiago el amor significa la capacidad de aceptarnos y amarnos como somos y se mide y se verifica en no querer cambiar al otro. Él propone que separemos el amor del romanticismo, es decir, sacarnos de la cabeza la idea de que el querer a alguien implica forzarlos a cumplir nuestras expectativas egoístas.
Renunciar a las creencias.
Traducción: que todo lo que haya en nuestra mente esté verificado. Somos tan vanidosos que hemos creado un Dios a nuestra imagen y semejanza, por eso creemos en un Dios que castiga, que juzga y que si tu no le rezas como a él le gusta te manda maldiciones. Santiago sostiene que simplemente pensar que nosotros podemos ofender a quien construyo el universo, es una idea distorsionada. Tendríamos que ubicar que Dios está en todo. Y como está en todo, el lugar para amarlo es este planeta, nuestro cuerpo, nuestra vida, la naturaleza, en cada animal. Si comprendieramos eso, podríamos vivir en un estado de gratitud.

“Lo difícil es el vacío, esperar que el otro cambie para empezar a vivir como yo quiero, difícil es luchar contra las enseñanzas, no empezar a ser conscientes, aunque va en total contravía de lo que se nos ha enseñado.”

- Santiago Molano

Te dejo el link al audio que me hizo conocer a Santiago. Espero que lo puedas escuchar y te resuene. Haz click aquí

Si quieres saber más sobre Santiago, tomar alguno de los cursos que imparte o lo quieres contactar te dejo sus datos:

SANTIAGO MOLANO
@eltalleer.dinamo
www.dinamoconsulting.co
antiago@dinamoconsulting.co

La Magia del Caos - Un Podcast de Aislinn Derbez