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Me despierto y seguimos en el mismo pinche caos.
por: Aislinn Derbez

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Para el lanzamiento de este podcast invité al actor, escritor y productor Odín Dupeyron. Uno de mis mejores amigos y sin duda la peor persona para acudir cuando estás pasando por un momento difícil porque NO TE PERMITE EVADIR. Es verdaderamente un experto en decirle a la gente qué se está haciendo guey. Te enfrenta con la realidad y le pone el limón a la herida que no querías, pero necesitabas.

*De antemano aviso que en este artículo utilizaremos en ocasiones el florido vocabulario que Odin emplea en su vida diaria, ya que, de acuerdo con sus investigaciones respecto al tema, “las groserías son el paso más fácil a una emoción” y quiero que estemos en sintonía.*

A partir de entender lo anterior y acoger nuestros sentimientos hay que ubicar de dónde vienen. De acuerdo con Odin, todo lo que sientes, lo sientes por algo y generalmente viene de un pensamiento. Pero el cerebro está diseñado para ver lo probable, no lo real, por eso no hay que creer todo lo que pensamos (nos puede traicionar) y necesitamos controlar a la mente. Enseñarnos a pensar, es decir, pensar lo que estamos pensando, mientras lo pensamos.

Partiendo de esa premisa, Odin nos contó cómo se explica que una persona con múltiples títulos educativos, supuestamente al tanto de cómo opera el virus, enclaustrada en su casa sin contacto con el exterior, use tapabocas dentro de ella y rocíe Lysol en todas las superficies: el pánico no tiene que ver con la inteligencia, la ignorancia del sentido común no tiene que ver con estudiar, no tiene que ver con si terminaste la prepa o no, tiene que ver con lo que tu como ser humano puedes negociar con tus ideas y con tu cerebro. Aquí Odin recomienda que nos tomemos una pausa en este momento caótico, caracterizado por un vacío de información importante y nos detengamos a pensar porqué estamos pensando lo que estamos pensando antes de rendirnos al pánico.

También nos desviamos un poco del tema del Coronavirus y platicamos sobre los putazos de la vida. Odin nos compartió cómo vivió la muerte de su mejor amiga en sus veintes, cómo fue su proceso, los sentimientos encontrados que tuvo cuando fue encontrando paz, el entendimiento de que la gente se muere, es de la chingada y hay que llorar pero seguir conscientes, la importancia de buscar ayuda profesional cuando no puedes manejar una situación por tí mismo y la enseñanza de que hay que atravesar el caos derechito y como viene. Odin cree que si la vida te cachetea, bendito seas porque vas a crecer, vas a aprender y le vas a entrar a los putazos. Y no hay nada mejor que entrarle a los putazos, incluso mientras más temprano le entres, mejor.

También, llegamos a la conclusión de que la gente tiene todo el derecho de joderse la vida y no puedes sudar calenturas ajenas. El amor verdadero implica permitirle al otro ejercer su libre albedrío. En palabras del filósofo Jean Paul Sartre, (que Odin va a citar en su próximo libro): "Aquel que quiere ser amado, debe querer la libertad del otro, porque de ella emerge el amor, si lo someto, se vuelve objeto, y de un objeto no puedo recibir amor." Por ello, en palabras de Odin, hay que cuidar a los viejitos y a los niños pero a los de en medio hay que darles chance de ser pendejos y permitirles cuidarse solos.

Hay que recordar que la humanidad no crece por lo que sabe, crece por lo que duda. Los humanos crecemos por hacerla de pedo. Odin considera que históricamente hemos crecido como sociedad cuando nos enfrentamos al caos y lo cuestionamos: alguien en algún momento dijo “¿espérate por qué las mujeres no pueden votar?” y “oye aunque no matemos vírgenes el sol igual sale al siguiente día, chance no era por ahí, hay que dejar de ofrendarlas”.

Finalmente, para sobrevivir esta cuarentena lo mejor que podemos hacer es no exigirnos demasiado y asumir nuestro bienestar siempre, haciéndonos responsables de nuestros sentimientos y acogiéndolos. Hacer ejercicio para aprovechar las hormonas que segregamos cuando nos movemos, cuidar nuestras redes afectivas, cuidar el tipo de información que consumimos y parar de seguir gente que nos hace sentir mal con nuestras vidas en redes. Se vale quejarse, se vale estar hasta la madre, pero todo en su justa medida. Y si algo no se siente bien hay que analizarlo y pelotear nuestras pendejadas con alguien más, ya que todos estamos en el mismo tren.

No podemos controlar a la pandemia, pero si podemos controlar cómo la vivimos.

La Magia del Caos - Un Podcast de Aislinn Derbez