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Nos estamos ahogando en plástico y no lo hemos notado.
Redacción: La Magia del Caos

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Somos una sociedad dependiente al plástico, pero ¿cómo llegamos hasta aquí? ¿Por qué el plástico se convirtió en algo intrínseco a nuestra rutina diaria? Y aún más importante, ¿por qué si ya reciclamos y separamos la basura, continúa siendo un tema el uso de plástico? ¿Me debería preocupar?

En un pasado no tan distante, los productos de higiene personal no incluían empaques de plástico, los jabones eran en barra, los perfumes venían en contenedores de vidrio muy lindos y los productos para el cabello consistían en polvos o pomadas empacadas en frascos. Sin embargo, el rumbo de lo anterior cambió cuando después de la primera Guerra Mundial, Estados Unidos se volvió la potencia en creación y consumo de productos de higiene personal.

Durante la primera Guerra Mundial se impuso en la milicia un estricto código de higiene para evitar la reproducción de enfermedades entre los soldados; dichos códigos quedaron en la memoria de los soldados y ellos volvieron a casa con la costumbre de afeitarse, lavarse los dientes y asearse. En función de esto, a mediados de los años 20 nació una nueva industria de higiene personal. El mercado de las cremas faciales y cosméticos, (productos dirigidos en ese momento histórico hacia la mujer), ¡encontró su boom! Debido a que a la par de la popularización de este mercado, los estándares de belleza americanos basados en las películas de Hollywood, comenzaron a echar raíz. Ejemplo de ello es el hecho de que durante la segunda Guerra Mundial el labial era considerado en Estados Unidos y Gran Bretaña como un producto esencial. Ya que éste, al ser un producto usado en la vida diaria de las mujeres elevaba su autoestima y a su vez, las mujeres al utilizarlo elevaban la moral de los soldados.

Durante el auge de los productos de higiene en los años 20, la industria del cuidado personal se abocó al uso del plástico (al igual que muchas otras industrias) porque éste podía ser moldeado y era capaz de crear empaques más ligeros que el vidrio y más flexibles. También es importante destacar que con la popularización de las regaderas a mediados del siglo pasado, los productos de higiene sufrieron cambios, se generaron líquidos y geles que olían bien, prometían humectación y podían correr por el drenaje. La variedad de productos explotó y los empaques tuvieron que diversificarse.

Hoy en día, los productos de higiene personal y limpieza del hogar tienen efectos importantísimos en el medio ambiente y no los ponderamos debido a que estamos inmersos en el día a día y los consideramos parte esencial de nuestra rutina. ¿Te has preguntado qué pasó con el envase de detergente que te acabaste la semana pasada? ¿O el envase de pasta dental? ¿O el del shampoo y acondicionador? ¿Qué hay del envase del jabón líquido que usabas para bañarte que huele a rosas?

No cuestionamos a donde van los empaques de los productos que usamos diario. Damos por hecho que es obligación de alguien más (del gobierno y las corporaciones que generan dichos productos) encargarse de la recolección y el reciclaje de los envases o deshechos. Tal vez si cambiaramos la actitud de: “que se encarguen ellos, yo ya cumplo con separar la basura en casa” por “¿en qué otra cosa puedo colaborar? ¿Qué otras alternativas existen?” podríamos juntos reducir la demanda de los productos cuyos envases hoy flotan en los océanos de este planeta y obligar al mercado a migrar a alternativas sustentables.

De acuerdo con estadísticas de Greenpeace, el 79% de los plásticos desechados hasta hoy han acabado en el medio ambiente o vertederos (aún cuando tu como buen ciudadano lo hayas colocado en el basurero correcto). Si te perturba ver plástico en las playas es importante que sepas que los plásticos que encontramos en la superficie representan menos del 15% de todos los plásticos que hay en este momento en el mar. Se ha encontrado plástico a 10,000 metros de profundidad en mares y océanos.

¿Por qué es tan preocupante que haya plástico en los mares y océanos? Los objetos de plástico que terminan en el agua tardan entre décadas y cientos de años en degradarse. Esto depende del tipo de plástico, la radiación UV, los agentes mecánicos y demás condiciones ambientales. Ahora, el oleaje acelera la degradación del plástico y éste se va rompiendo en pequeños pedazos, generando microplásticos. Actualmente alrededor de 700 especies de organismos marinos se ven afectados por esta contaminación y anualmente mueren más de un millón de aves y más de 100,000 mamíferos marinos a consecuencia de nuestros desechos. (No son sólo las tortugas las que sufren… son miles de especies.)

Aunque ha incrementado la conciencia de la importancia del reciclaje y las grandes empresas ahora cuentan con iniciativas más agresivas para fomentar e implementar dicha práctica, no es suficiente. Hoy en día, tan sólo el 9% de todo el plástico que se ha producido y consumido hasta este momento a nivel mundial, se ha reciclado.

Entonces, ¿qué puedes hacer tu?
Reducir y cambiar la demanda.

Compra lo necesario, usa únicamente las cantidades necesarias de estos productos e investiga cuáles son las alternativas sustentables a las que puedes tener acceso. ¿Sabías que hay tiendas donde puedes comprar a granel? Hay algunas en las que si llevas tus propios envases incluso te hacen descuento. En el 2020 ya existe shampoo, acondicionador, bloqueador, desmaquillante, exfoliante y crema en barra… la verdad es que no hay excusa para no migrar a alternativas sustentables. Hay muchas opciones y la tendencia es clara.

Si no sabes por dónde empezar a experimentar con estos productos sustentables, te dejamos una alternativa de productos de higiene personal libres de plástico, no probados en animales y hechos a base de ingredientes 100% naturales:

AMAI

La idea detrás de esta marca es llevar las bondades de la Tierra a tu piel, respetando y honrando a ambas. Son productos en barra (shampoo, acondicionador, exfoliante, crema, desmaquillante) hechos de ingredientes 100% naturales como vainilla, manteca de karité orgánica sin refinar, aceite extra virgen de coco, aceites esenciales de manzanilla o bergamota, hojas de lavanda, aceite de ricino, entre otros. No contienen sulfatos, sintéticos, aceite de palma, silicona, parabenos o fragancias químicas y el envoltorio de los jabones es biodegradable.

*Cuentan también con una línea específica para bebés llamada Vía Láctea que incluye una crema hidratante, shampoo - jabón muy suave y una crema para rozaduras.*

Puedes pedir sus productos a domicilio por:

AmazonSephoraamai.mx

Este artículo se realizó con base en los siguientes textos de National Geographic y Greenpeace:

https://www.nationalgeographic.com/environment/2019/04/beauty-personal-care-industry-plastic/

https://es.greenpeace.org/es/trabajamos-en/consumismo/plasticos/como-llega-el-plastico-a-los-oceanos-y-que-sucede-entonces/

La Magia del Caos - Un Podcast de Aislinn Derbez